De Miraflores a capilla en el 23 de Enero (Abril, 2013)
Seguidores rezan a San Hugo Chávez
A casi 2 meses de la muerte del presidente Hugo Chávez, los ahora devotos del comandante elevan una oración en honor a él, su“santo”. Seguidores niegan que se trate de beatificar al líder, sin embargo crece el culto
“¡Con nosotros! ¿Quién contra nosotros?” es la oración que se exhibe en grandes letras rojas desde adentro de la capilla Santo Hugo Chávez del 23 de Enero, ubicada en el sector del mismo nombre al oeste de Caracas. La frase recuerda, sin embargo, aquella famosa cita bíblica de Romanos 8:31: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. Así se descubre la estrecha brecha que existe entre el liderazgo político y el religioso, desde la muerte del Presidente Hugo Chávez el pasado 5 de marzo.
Las comparaciones divinas después de su deceso no se hicieron esperar. “El Cristo de los pobres de América, nuestro Comandante Hugo Chávez”. Así slo referiría, diez días después de su muerte, el entonces Presidente Encargado de la República, Nicolás Maduro, cuando los restos del mandatario venezolano llegaron al que sería su lugar de descanso hasta la fecha: el Museo Histórico Militar o Cuartel de la Montaña, en el mismo barrio 23 de Enero, uno de los más pobres de la ciudad capital.
La capilla, por su parte, fue construida poco más de una semana después del fallecimiento para dar a los ahora devotos del presidente un lugar donde orar, llevar flores y realizar manifestaciones de duelo. Así lo explica Elizabeth Torres, cuidadora del templo que se encuentra a pie del lugar de descanso del ídolo.
-Vienen bastantes personas al día. Las flores se cambian cada tres días, las deja la gente. También dejan velas, estampitas, rosarios y cosas por el estilo para él. La mayoría de las personas que vienen a ver al Comandante Supremo allá arriba, al cuartel de la montaña, baja a ver la capilla. Nosotros siempre tenemos velas ahí para que la gente pueda usar. Vienen muchos extranjeros, también. La gente trae lo que normalmente se le trae a una persona fallecida.
Torres explica que aunque muchos medios lo hayan enfocado de esa forma, con la capilla nunca se ha buscado dar una connotación celestial al líder, sino más bien hacer de espacio para elevar una oración al fallecido.
-Se tomó esta iniciativa debido a que no hay un sitio donde se le pongan flores, se le prenda una vela o se haga una oración a nuestro comandante. Un rezo, una misa, eso se lo podemos hacer aquí. Casi todos los que suben a ver al Comandante Supremo allá arriba al cuartel, bajan y le prenden una velita aquí en la capilla.
Así pues, no son pocas las personas que acuden a visitar al presidente Chávez en su tumba. Son, de hecho, alrededor de 800 y 1200 personas al día, según contesta el Teniente José Correa, uno de los tantos que vigilan, ofrecen datos y atienden al público a la entrada del Museo Histórico Militar. Además agrega:
-La actitud de las personas que vienen es muy patriota. Vienen por el sentimiento. Quieren ser expresivos y se les permite. Les ha afectado mucho la desaparición física del Comandante, y la gente viene aquí a descargar ese clamor.
De hecho, según afirma uno de los guías del recorrido por el icónico cuartel, el Cabo Segundo Flores, para el día del cierre de campaña de Maduro, quien fue propuesto por Chávez como candidato a la presidencia en su última alocución, cerca de 3600 personas se pasearon por las instalaciones del museo y rindieron homenaje a la tumba del fenecido.
En cuanto al nombre de la concurrida capilla, Elizabeth Torres resalta constantemente:
-No lo estamos beatificando, ni lo estamos elevando. Ese es sólo el nombre de la capilla: "Santo Hugo Chávez del 23 de Enero". ¿Qué mejor nombre podría tener su capilla? Porque para nosotros es un santo. No un santo elevado, sino santo por su forma de ser, su conducta con el pueblo, su amor, su carisma. Él es nuestro libertador, él nos libertó del yugo en el que estábamos, nos abrió los ojos, nos enseñó a ver la vida como era, a abrir los ojos a su realidad.
La cuidadora además justifica la necesidad de la capilla para los visitantes.
-Uno, a sus muertos, tiene un sitio para ponerle una vela, los tiene en un cementerio, un sitio donde orarle o llevarle flores. Entonces, en vista de que no se puede hacer todo eso allá arriba en el cuartel, se hace aquí abajo.
Dolor y devoción
El brillo del granito bien pulido que recubre la tumba del presidente se humedece y opaca un poco con las lágrimas que caen de los ojos de quienes visitan el Cuartel de la Montaña. Con pesar, posan sus manos sobre la piedra fría. Algunos murmuran una oración, otros sólo cierran los ojos y exponen una mueca de dolor. Por los más de doce pares de pómulos enrojecidos se deslizan lágrimas que terminan por caer al granito o llegan hasta el suelo para enriquecer la fuente que fluye sin fin alrededor de la tumba.
-A todos se nos hace un nudo en la garganta, -afirma el señor José Reyes, médico integral comunitario, vocero representante del Consejo Comunal “Los Tulipanes” en Maturín estado Monagas, y visitante del Museo-. Ese es el sentimiento que produjo Chávez. Él se burló de la muerte cuando dijo “Ya no soy yo. Chávez es pueblo” y se hizo pueblo en el corazón de los venezolanos, se convirtió en millones, –dice. Al fondo, una canción de Roberto Carlos suena en la unidad de Bus Caracas que recoge a los visitantes del presidente y ayuda a disimular la inflexión de su voz.
Medios como El Mundo de España reseñaron la evolución del mito Chávez desde que el cuerpo del presidente fuera velado en capilla ardiente en la Academia Militar de Caracas
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“En el centro de un rosario tradicional pintado de rojo, donde debería aparecer la fotografía de la Divina Pastora está el rostro del mandatario. El rosario habría sido entregado como parte del 'kit de la capilla ardiente' durante las exequias del desaparecido mandatario”, resumiría la redacción del medio. El mismo rosario lo lleva la cuidadora del 23 de Enero.
-¿Este rosario?,-señala Elizabeth mientras lo alza de su cuello y señala la imagen del ex jefe de Estado-. Estos los obsequió un camarada y repartió a todo el que pudo ese día. Ya no se encuentra, -afirma.
De esta forma se hacen cada vez más tangibles las manifestaciones de la posible santidad de Chávez, que ya también se hallan palpables en la ciudad de Caracas. Ejemplo de ello son las tiendas esotéricas de la transitada Avenida Baralt, en el centro de la capital.
-Después de la muerte del presidente empezamos a vender las figuras, -comenta Luís Velásquez, vendedor de la perfumería Arroyo Elegia-. Unas 300 ó 400 personas han venido desde entonces. 20 ó 30 a diario pasan a comprar la imagen de Chávez. Viene bastante gente, sobre todo los seguidores de su partido. Lo ven como una figura esotérica. Por otro lado, él también era creyente del espiritismo, la santería, de ahí que lo relacionan mucho con la cultura religiosa aquí en Venezuela.
Sin embargo, Luís tampoco cree que se trate de una beatificación temprana.
-Lo tienen no tanto como Santo, sino más bien como el presidente de Venezuela., como un recuerdo. No creo que lo tengan por una especie de santificación. Lo tienen como un espíritu, pero por el respeto, el cariño y los recuerdos de él, -culmina el vendedor.
El título de líder espiritual ha sido otorgado por las masas también a otros líderes políticos en Latinoamérica. Es el caso de Eva Perón, cuya muerte en el año 1952, fue anunciada por la radio argentina con la frase: “Nuestra líder espiritual ha muerto”. Asimismo, al igual que en el caso de Hugo Chávez, interminables filas de seguidores se formaron para darle el último adiós, tal como lo reseña el portal web del Museo Evita, construido en su honor en la ciudad de Buenos Aires. Allí su rostro vive, más allá de las estampitas que rápidamente se apoderan también del rostro de Hugo Chávez.
Trátese o no de santificación, los pronunciamientos de la iglesia católica venezolana sobre las diversas alocuciones donde el presidente encargado compara al mandatario fallecido con Cristo no se han tardado en aparecer.
En comunicado de fecha 27 de marzo el propio Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, aclaró con palabras tajantes:
“Jesús es la misma Divinidad encarnada. Y por eso Jesucristo, aunque está inmerso en la historia, está en un plano superior y totalmente distinto al de los héroes o líderes de la historia. En un plano sobrenatural, trascendente, religioso. Por ello no podemos igualar a ningún héroe o líder humano o ningún gobernante con Jesucristo, ni tributarle culto religioso, como a Jesucristo. No podemos equiparar la esfera sobrenatural y religiosa a la natural, terrenal y socio-política. Y es muy importante que tengamos esto en cuenta y que así lo digamos, rechazando cualquier nivelación de Jesucristo con personalidades humanas. JESUS ES UNICO E IRREPETIBLE. ES DIOS MISMO, SÓLO AL CUAL PODEMOS ADORAR.”
El Diácono Rafael Plaza, con 10 años atendiendo el templo del Cementerio del Sur en Caracas, también expresa su descontento con la atribución espiritual que se le da a la figura del presidente.
-Visto desde lo que es la verdadera fe, es una falta contra Dios el estar utilizando sus cosas en beneficio distinto al orden religioso. Es una cosa grave. Cuando se le da atributos de Dios a un ser humano se está traspasando la barrera de la naturaleza del ser humano. Lo que sucede es que las personas que profesan estas cosas no saben de religión, porque la utilizan como un recurso, y eso le trae a todo el que lo usa la muerte inmediata. La religión no se toca. Esto se trata de algo político, por eso está mal. Si quieren que Chávez sea Santo, entonces lo que hay que hacer es rezar por Chávez, el que sabe es Dios, -enfatiza.
¿Mártir o portaviones?
La psicología social, por su parte, ofrece varias vías para identificar de dónde surge el fenómeno religioso chavista. Leoncio Barrios, especialista en esta área, explica que la situación puede fundamentarse en tres causas: los sentimientos paternales que sembró en buena parte del pueblo venezolano, las creencias religiosas que el mandatario utilizaba para conectarse con la gente y, no menos importante, la idea de ser un personaje martirizado hasta su muerte.
-Las condiciones de su vida como un hombre dado al trabajo, abnegado, que no abandonó responsabilidades ni en momentos de crisis de salud y amenaza para su vida, le dieron características de grandeza, de sacrificio. El haber muerto con tanto sufrimiento (a causa del cáncer) le da características de mártir. En nuestra tradición religiosa judeocristiana, para ser santo tienes que haber sufrido. Sólo los que sufren, se sacrifican, son dignos del reino de Dios, serán llamados a estar a su lado.
Así mismo, Barrios no descarta que la figura religiosa de Chávez, y su propia creación tenga bases propagandísticas.
-Chávez, que a mi manera de ver fue un hombre frío, calculador, lo pensó así; manejó su imagen con esta semejanza (la de mártir) y, llegada la muerte, sus seguidores más cercanos lo siguieron haciendo para sacarle provecho político (o electoral) y sus seguidores más lejanos, la masa, lo hacen como una forma de seguir queriéndolo, y tenerlo cerca.
De manera muy similar lo refirió otro psicólogo social, Axel Capriles, a canal venezolano de noticias Globovisión, una semana antes de la muerte del mandatario.
-Tú ves a Caracas sembrada de afiches como “De tus manos brota vida”. Este tipo de simbolismo es de tipo religioso, todo este tipo de propagandas que están en la televisión, radio, prensa y calle. También los actos de feligreses van a dirigidos en la construcción de un símbolo religioso que es indispensable en la ausencia de un líder de cualquier proceso.
Así mismo, en víspera electoral venezolana, el canal de noticias NTN24 difundió: “si en esta campaña hacia las elecciones de 14 de abril existe un portaviones para la candidatura de Nicolás Maduro, ese es el presidente Hugo Chávez”, lo que parece apoyar la tesis de una maquinaria que, mediante la imposición de una imagen religiosa, preparaba terreno electoral.
No obstante, Barrios continúa a explicar que este fenómeno se trata de un culto a la religiosidad que nació de uno a la personalidad.
-La estatua de un líder la puedes derrumbar, la estampita con la oración, difícilmente puedes arrancarla del sentimiento de la gente. Los seguidores de Chávez han aprovechado las características de personalidad del extinto presidente y de su muerte para impulsar al menos la creación de un mito: la del hombre bueno, abnegado, que sacrificó su vida por su pueblo. El hacerlo "santo", quizás facilitado por lo anterior, va a depender más de la gente, de lo que empiecen a atribuirle y de lo que él empiece a hacer desde el más allá. Uno no sabe. Pero, sin duda, eso ha sido también trabajado desde arriba, no del cielo, sino de las cúspides propagandísticas.
Los que no se llaman muertos
-Es como dice la canción de Alí Primera: “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”. Eso fue lo que hizo Chávez, se internó en los huesos de los venezolanos. Chávez le dio identidad y valor a la vida a un pueblo que no sabía que tenía, -dice el señor José Reyes, visitante del Cuartel de la Montaña.
-Él nos liberó del yugo en el que estábamos, por eso es que nosotros decimos que es un santo, -enfatiza Elizabeth Torres, la cuidadora de la capilla.
Ese fervor se siente aún al final del recorrido por el histórico cuartel del 4 de Febrero, donde se lee una cita del 8 de diciembre de 2012, la última alocución pública de Chávez, plasmada a relieve en el mármol de las paredes:
“Hoy tenemos Patria. Pase lo que pase en cualquier circunstancia, seguiremos teniendo patria. Ante estas circunstancias de nuevas dificultades del tamaño que fueren, la respuesta de todos y de todas las patriotas es unidad, lucha, batalla, victoria.” -Hugo Chávez
-Lo que le faltó decirnos fue: “me voy a morir”, -complementa el Cabo Segundo Flores para los visitantes.
-La lucha e imagen de Chávez, aparentemente, siguen como espíritu en el corazón de su gente. De ahí que, para que le atribuyan milagros, las bases ya están echadas, -afirma el psicólogo Barrios.
¿Tanto fervor y tal adoración hacia una persona o figura puede considerarse fanatismo? La RAE define el fanático como un “partidario apasionado e intransigente de una persona o unas ideas”.
-Llamar santo a cualquier persona es, quizás, la más clara expresión de fanatismo, -resalta en Barrios-. Ser Fan es ser admirador de alguien, vivo o muerto. Solo los muertos pueden ser santos, así que ahora no se trata de fanáticos sino de devotos, así el Vaticano no diga nada, como de María Lionza y José Gregorio. El futuro nos lo dirá.
Mariel Torres
marieltorresb@gmail.com
